Paseando por Estambul y justo cuando me disponía a entrar en una mezquita mientras estaba tomando fotos en su exterior, de repente aparece un A330 de Turkish Airlines, por cierto compañía aérea que todavía no tenía en el blog emergiendo de detrás de las impresionantes paredes de la mezquita que ya tenía ese color ocre que tiñe todo durante las puestas de sol.
Creo recordar que la mezquita era la de Sultán el Magnífico, aunque no puedo estar seguro del todo, ya que luego fui a otra y me pasó lo mismo, la verdad que el nombre de la segunda no me acuerdo, pero sé que en este caso apareció un A321 de la misma compañía y por tanto lo inmortalicé.
La verdad que Estambul fue una ciudad que aunque a primera vista me desconcertó, con el pasar de los días la encontré sencillamente espectacular. Por tanto también me alegra poder hacer una entrada combinada con monumentos (aunque parcialmente) y aviones a la vez. Y en cuanto a Turkish Airlines decir que volé con ellos y fue una maravillosa experiencia. Cuidados sus detalles, con mucha atención al pasajero y con comidas deliciosas a bordo, incluso en vuelos de 45 minutos como fue el caso de uno que hice de Izmir a Estambul. Además en ese caso me cambiaron gratuitamente de vuelo cuando llegué al aeropuerto de Izmir cuatro horas antes del vuelo por uno que salía enseguida y que lo hice volando con un A321, no me extraña que la consideren la quinta mejor compañía aérea del mundo. El resto fue desde España a Estambul ida y vuelta con A320. La fotografía de abajo fue realizada con zoom desde la propia ciudad y se ve claramente como Turkish se ha unido a la moda de llevar escrito sus títulos en la panza de los aviones.
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